De camino a Bergen pasamos por otra cascada interesante, Steindalsfossen, donde existe un paseo que permite caminar por detrás de la misma, como Tintín en el Templo del Sol.
Bergen, por fin. A mi juicio es una estafa, ya que las fotos bonitas que se ven en Internet son en realidad una calle con casitas restauradas para los turistas. Renunciamos a una cerveza en el centro histórico (100 coronas, unos 12 euros).
Monumento a los cazadores de ballenas.
Para dormir, elegimos el parking Borgermester Platous gate, 24h aproximadamente 150 coronas. Es un parking normal y corriente en un patio entre edificios, pero no nos dijeron nada incluso con las bicicletas atadas al lado de la autocaravana.
Al día siguiente, nos dedicamos más a cosas de niños. Primero visitamos el excelente VilVite, museo de ciencias interactivo con más de 100 actividades para entender mejor todo, de motores eléctricos a la electrólisis del agua. Hay muchas cosas que me tendría que haber estudiado antes de ir, la asignatura de físicas está ya muy lejos.
Experimentos con el aire para explicar el efecto Bernoulli.
Y con pompas de jabón para la tensión superficial.
Irene probando el viento provocado por la velocidad.
Para terminar el día, vamos al parque acuático Vannkanten en las afueras de Bergen. Nos gustó a todos, hay toboganes para todas las edades y los niños pudieron subir a todos aunque la mayoría acompañados.
Fue una paliza. Salimos de Bergen y dormimos en un parking justo después de las cascadas de Tvindefossen.
Bergen, por fin. A mi juicio es una estafa, ya que las fotos bonitas que se ven en Internet son en realidad una calle con casitas restauradas para los turistas. Renunciamos a una cerveza en el centro histórico (100 coronas, unos 12 euros).
Monumento a los cazadores de ballenas.
Al día siguiente, nos dedicamos más a cosas de niños. Primero visitamos el excelente VilVite, museo de ciencias interactivo con más de 100 actividades para entender mejor todo, de motores eléctricos a la electrólisis del agua. Hay muchas cosas que me tendría que haber estudiado antes de ir, la asignatura de físicas está ya muy lejos.
Experimentos con el aire para explicar el efecto Bernoulli.
Y con pompas de jabón para la tensión superficial.
Irene probando el viento provocado por la velocidad.
Para terminar el día, vamos al parque acuático Vannkanten en las afueras de Bergen. Nos gustó a todos, hay toboganes para todas las edades y los niños pudieron subir a todos aunque la mayoría acompañados.
Fue una paliza. Salimos de Bergen y dormimos en un parking justo después de las cascadas de Tvindefossen.










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